¿Eres de los que disfruta de su hamburguesa con una cola o un té helado? Tal vez sea hora de repensar esta costumbre. Un nuevo estudio publicado en la revista BMC Nutrition sugiere que la combinación de una bebida azucarada (si, eso incluye un juguito) con la hamburguesa o pollo frito, predispone a nuestro cuerpo a engordar más.
Según la investigación, el efecto sucede cuando bebidas azucaradas se mezclan con comida rica en proteínas. Así, el cuerpo almacena más grasa que no puede dar uso, en comparación con las personas que comieron el mismo plato pero con una bebida diferente.
¿Por qué sucede esto? Primero es importante recordar que los alimentos contienen tres tipos principales de macronutrientes: carbohidratos, grasas y proteínas. La meta del estudio era encontrar cómo los carbohidratos adicionales en forma de una bebida azucarada afectan el metabolismo de las grasas y las proteínas.
Para el estudio, 27 voluntarios fueron controlados en cuanto a dieta y gasto metabólico, incluso fue medida la cantidad de oxígeno inhalado y dióxido de carbono exhalado. Así podían medir cómo los participantes gastaban su energía.
Así se concluyó que con esta mezcla los cuerpos dejan de quemar alrededor de un tercio de las calorías adicionales, además de metabolizar menos energía en general para realizar funciones como digerir la comida o quemar grasa. Se trataría de un círculo viciosos.
Desafortunadamente, las bebidas azucaradas tienen un grupo muy alto de consumidores. En Estados Unidos se considera que el café endulzado, té helado, jugo de frutas, bebidas energéticas y gaseosas son la fuente principal de azúcar añadido en la dieta de sus ciudadanos. De hecho, 6 de cada 10 niños y la mitad de los adultos beben al menos una bebida azucarada cada día.
La próxima vez que comas una hamburguesa recuerda que esta combinación específica parece disminuir la forma en que nuestros cuerpos queman grasa, así que mejor pedir un vaso de agua.