Opioides causan más muertes que el cáncer de mama

A veces comparar una situación tabú, como la drogadicción, con otra un poco más conocida con la que nos podemos relacionar, como el cáncer, ayuda a poner en perspectiva la realidad y gravedad de un problema mundial. Es así, como cabe señalar que las muertes por sobredosis, al momento, significan más muertes anuales que las cobradas por el cáncer de mama.

Más de 63.000 personas murieron en el 2016, en los Estados Unidos, a causa de una sobredosis. Considerado el año más letal, por lo pronto, y convirtiéndose en un problema epidémico, de acuerdo con un nuevo reporte del Centro Nacional de Estadísticas de Salud, parte del Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

La mayoría de muertes estuvieron relacionadas con opioides, una familia de analgésicos que incluyen a la heroina ilícita y el fentanil, así como medicinas de prescripción como la oxicodona y la hidroxicodona. De las muertes reportadas en el 2016, 42.249, que representan el 66%, fueron causadas por esta familia de drogas. Mil muertes más que las 41.070 estadounidenses que murieron por cáncer de mama en el mismo año.

Mucho de este incremento en el consumo de opioides, se debe al aumento de opioides sintéticos ilícitos como el fentanil y el tramadol. Las tasas de sobredosis mortales ocasionadas por éstos, han aumentado exponencialmente, hasta un total de casi 20.000 muertes en un año.

Y aunque los opioides sintéticos representan la peor amenaza, la heroína continúa siendo un grave problema, el reporte indica que desde el 2014, la tasa de muertes por sobredosis de heroína han aumentado un 19% cada año.

Esta “crisis de opioides” ha generado conciencia en torno a la prescripción de analgésicos. Y aunque la tasa de muertes anuales aumentó en un 13% entre los años 1999 y 2009, a partir de ahí su ascenso disminuyó a un 3% anual.

En menos de una década el panorama cambió drásticamente. En el  2009, las muertes por sobredosis se atribuían a 26% a narcóticos prescritos, 9% a heroína y 8% a opioides sintéticos. Ahora la heroína es causa del 25% de las muertes, los narcóticos prescritos del 23% y los opioides sintéticos de un tercio de todas la muertes por sobredosis.

El panorama no parece mejorar

rosa roja en el suelo

Información preliminar del 2017, proporcionada por la CDC, no muestra signos de que la epidemia disminuya, con un estimado de 66.000 muertes por sobredosis para ese año.

“Basados en lo que vemos, no parece que la situación esté mejorando en absoluto” dijo Bob Anderson, jefe de las estadísticas de mortalidad del Centro Nacional de Estadísticas de Salud

Sin embargo, el especialista en adicciones Dr. Andrew Kolodny, dijo que a pesar de las cifras devastadoras de sobredosis, parecen existir algunos indicadores optimistas.

«Aunque las muertes aumentan entre las personas que son adictas a la heroína, quienes usan opioides del mercado negro, es posible que evitemos que menos personas se vuelvan adictas mediante una mejor prescripción», dijo Kolodny, quien es director ejecutivo de “Médicos por una prescripción responsable de opioides”.

Los estudios han demostrado que aunque las tasas de prescripción de opiáceos siguen siendo altas, han disminuido de un máximo de 81 recetas por cada 100 personas en 2010 a aproximadamente 70 por 100. Kolodny también señaló que encuestas recientes indican que los opiáceos son consumidos con menos frecuencia por adolescentes.

La crisis de opioides, es sin duda una emergencia de salud pública, y se estima que solo en en 2015 el costo ascendió a los $504 billones de dólares, haciéndola además una situación difícilmente costeable. Peor aún con la nueva ley a ser firmada próximamente por el gobierno estadounidense, en donde aproximadamente 13 millones de individuos perderán su seguro médico.

De acuerdo con el Reporte del 2016 de Surgeons General con respecto a alcohol, drogas y salud, el 30% de personas con problema de adicción, no buscan tratamiento porque no tienen seguro y no pueden costear el tratamiento. Por lo que al parecer las cosas no pintan en miras a una solución.

«Tenemos un tsunami de adicción humana. Necesitamos todas las manos en cubierta», dijo Patrick Kennedy, miembro de la Comisión contra la drogadicción.