Sabe tu cerebro que has muerto

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¿El cerebro sabe cuando uno ha muerto? Aparentemente si. Investigadores dicen que después de que el corazón se detiene, el cerebro también deja de trabajar. Pero,¿cómo es posible que lo sepa entonces, si cesaron todas sus funciones?.

Muchas personas que han sido resucitadas y que esencialmente han sido “vueltas a la vida”, describen experiencias que ocurrieron después de la muerte. Si el cerebro está muerto, eso sería imposible.

“Desde los años 60, cuando la resucitación cardio pulmonar (RCP) fue implementada y comenzamos a resucitar personas cuyo corazón se había detenido, muchos de ellos reportaron experiencias inusuales en las que tienen plena consciencia de eventos que ocurrieron al momento de su paro cardiaco” dijo, Sam Parnia, médico PhD director de la investigación de cuidados intensivos y resucitación de NYU. “En muchos casos, esos recuerdos han sido verificados por el personal médico y de enfermería”. añadió.

Cada año, 1 de cada 5 personas que sufra un paro cardíaco, será resucitada. Las historias que comparten suelen ser llamadas experiencias cercanas a la muerte (ECM). Estos incidentes, por lo general, involucran a un túnel que dirige a una luz, encuentros espirituales, encuentros con seres amados fallecidos, y otras experiencias místicas. Otros describen haber salido de su cuerpo y observado los intentos de reanimación.

“Estos son reportes anecdóticos, pero hay un gran número de este tipo de sucesos desde hace décadas, y dichos testimonios sugieren que algo está ocurriendo” dijo Parnia.

Cuando el corazón se detiene, la sangre automáticamente deja de fluir hacia el cerebro. Los pacientes están inconscientes y no muestran actividad cerebral. Están, clínicamente, muertos, dice Parnia. “En el contexto de un paro cardiaco, no están cercanos a la muerte, realmente han pasado, biológicamente, más allá de la muerte”, recalcó.

Estudios previos acerca de la muerte y el cerebro

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Aunque no hay una manera de explicar cómo los pacientes en este estado pueden tener experiencias tan vívidas, algunos reportes respaldan sus afirmaciones. En el 2014, un estudio realizado por Parnia y colaboradores, entrevistó a 101 personas que habían sido revividas de un paro cardiaco.

Nueve de ellos habían experimentado ECMs. Dos de ellos eran capaces de describir eventos que ocurrieron mientras los médicos intentaban resucitarlos, uno de ellos, recordaba con precisión eventos que ocurrieron minutos después de su paro cardíaco. Eso no debería ser posible, pero los  datos que fueron confirmados por los investigadores.

“No podemos explicar la conciencia durante un paro cardíaco” dijo Parnia. Estudios preliminares también examinaron el fenómeno:

  • 2000, estudio dirigido por Parnia, reportó 7 pacientes de 63 sobrevivientes que describieron ECMs.
  • 2001, investigadores de Holanda, reportaron que 41 de 344 pacientes que tuvieron paros cardiacos, experimentaron ECMs.
  • 2003, Investigadores de la Universidad de Virginia reportaron 11 de 116 pacientes que tuvieron ECMs.

Incluso el autor del último estudio, Bruce Greyson, desarrolló una herramienta para establecer si existió una ECM. Los pacientes deben cumplir los siguientes criterios: tener una percepción alterada del tiempo, pensamientos más rápidos de lo normal, sentimientos de paz y alegría, sensación de separación del cuerpo, sensación de estar en un lugar no terrenal o experimentar el encuentro con un espíritu, con un familiar muerto o un ser divino.

El neurólogo Kevin Nelson, quien también investiga las ECM, comenta que su investigación le ha llevado a concluir que las personas que presentan ECMs tienen cerebros que con mayor facilidad mezclan la conciencia en estado de alerta con la conciencia REM, la fase del sueño donde los sueños ocurren.

“Muchas experiencias de separación del cuerpo, pueden ser explicadas al activar la conciencia REM” dijo Nelson, profesor de Neurología en la Universidad de Kentucky.

La verdad absoluta no existe

Nelson comenta que este tipo de experiencias son poderosas y cambian por completo la vida de los pacientes. Pero, es escéptico que realmente ocurran mientras el cerebro está completamente apagado.

En el caos de una sala de emergencia, en medio de una resucitación, puede ser muy difícil definir cuándo exactamente el cerebro o el corazón podrían dejar de trabajar. El personal camina por todo lado, el equipo es movilizado, “cables son sacudidos, las señales se cruzan”, menciona.

“No sabemos si la actividad cerebral se anula por completo, y si es que lo está tampoco sabemos si las experiencias de la conciencia ocurrieron durante esa actividad nula. Cuando existe una verdadera inactividad cerebral la gente no puede experimentar nada”.

Sin embargo, la investigación realizada por el grupo  de Parnia, no apoya esa conclusión. “En nuestro estudio, hemos confirmado la presencia de conciencia por al menos 3 a 5 minutos” dijo. “Es una paradoja, el hecho de que personas puedan recordar con precisión, que parecen estar plenamente conscientes, cuando el cerebro está apagado, sugiere que la conciencia podría ser una entidad separada del cerebro”.

Cambios duraderos

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Por otro lado, la Dra Laurin Bellg, intensivista del Sistema de Salud ThedaCare, dice que la explicación de estos eventos es menos importante que el impacto que tienen en la vida de las personas que lo experimentan.

Frecuentemente, las personas que han tenido una ECM le pierden el miedo a la muerte. Se sienten menos aferrados a las preocupaciones y problemas diarios y tiene un alto sentido de altruismo y preocupación por lo demás.

“Vale la pena tomar en cuenta el hecho de que las personas que viven una ECM, son cambiadas, universalmente” dijo Bellg.

Nelson está de acuerdo con que la explicación es menos significativa, que el cambio transformativo que tienen las personas. Pero, aclara que ésto no debe ser considerado como una evidencia del más allá o la vida después de la muerte. “La idea de que estas experiencias prueban que hay un más allá no son ciertas”, añadió.

Todavía resulta muy difícil encontrar una buena explicación para estos eventos. Sin embargo, “las personas que murieron y regresaron, no lo encontraron para nada atemorizante y esperan regresar allí. Me ha resultado útil decir que no estoy tan seguro de que haya algo que temer, y he encontrado que esto brinda tranquilidad”. concluyó Bellg