Cuando una persona acude al médico, muchas veces omite cierta información por vergüenza, pudor o sencillamente porque no cree que los datos repercutan o sean relevantes en cuanto a su estado de salud.

Este es un grave error, si existe un lugar en donde sincerarse con respecto a hábitos y antecedentes, es en la consulta con un especialista. Recuerda que mientras más información se tenga, mejor será la atención. Aquí te compartimos las mentiras más frecuentes, mismas que podrían afectar a tu salud.

1. Nunca me emborracho o tomo en exceso

¿Prefieres no comentar cuán intensos son tus fines de semana? Si omites la cantidad de alcohol que consumes y la frecuencia con la que lo haces, tu examen físico y algunos estudios de laboratorio podrían dar resultados alterados y guiar a tu médico en un camino diagnóstico erróneo.

2. Ya dejé de fumar

Podría parecer una manera inofensivo de evitar un sermón, pero tu médico necesita saber si fumas o no. El tabaco puede interferir con cierta medicación, también podría ayudar a explicar ciertos síntomas que tengas. Además en caso de sufrir una adicción, tu médico es el indicado para brindarte opciones para eliminar tu vicio, para siempre.

3. Si casi solo como verduras

“… a menos que pase por una panadería”. Si omites hábitos alimenticios no muy saludables, cuando el médico te está valorando por aumento de peso o niveles de colesterol elevados, tu mentira blanca podría resultar en un fracaso del tratamiento. No eres la única persona con una debilidad por la comida chatarra y tu médico podría ayudar a mejorar los hábitos o referirte con un nutriólogo que te permita llegar a un equilibrio.

4. Hago ejercicio diario

Dile a tu médico la verdad con respecto a tu actividad física. Podría ser la respuesta para descifrar como mejorar tu salud. Si eres una persona mayoritariamente sedentaria, no es necesario ir al gimnasio todos los días, tu médico podría ayudarte a implementar métodos de ejercicio que se ajusten a tu estilo de vida, como pasear el perro, caminar al trabajo, ciertas actividades en el hogar, etc.

5. Solo he tenido relaciones sexuales con 1 persona

Compartir nuestra intimidad puede ser incómodo, sin embargo la consulta médica no es una prueba de moralidad. Si has mantenido relaciones sexuales con diversas personas, podrías estar en riesgo de ciertas enfermedades o incluso podría explicar ciertos síntomas. El médico no juzga, únicamente orienta.

6. No tengo ninguna enfermedad de transmisión sexual

Si piensas que puedes tener una enfermedad de transmisión sexual (ETS), conoces a alguien que la haya tenido o has tenido una en el pasado, debes comentarlo a tu médico. Puede ser incómodo, pero algunas ETS pueden ser peligrosas si no se tratan, además de ser contagiosas. Un momento incómodo con el médico puede ahorrarte muchos momentos incómodos a futuro.

7. No me estoy acostando con nadie

Mentir con respecto a tu vida sexual, tus prácticas sexuales y con quién lo haces, es muy común. Podría parecer que no es un tema de incumbencia de nadie más, sin embargo el ser honesto con tu médico, si tienes relaciones hetero u homosexuales, o ambas, podría hacer la diferencia en la identificación de un problema de salud y su tratamiento. O algo más simple como la sospecha de un embarazo.

8. Mi vida sexual es maravillosa

Si es que tienes problemas en tu desenvolvimiento en la cama, como falta de libido, disfunción eréctil o dolor durante las relaciones sexuales, podría tratarse de un síntoma de otra enfermedad subyacente. El médico debe tener toda la información para brindar una posible solución, ya sea medicamentosa o terapéutica.

9. Me siento de maravilla

No se deben ignorar pequeñas molestias, éstas podrían ser pistas muy valiosas para un doctor. ¿Sufres de dolor de cabeza al hacer ejercicio? podría no parecer un problema, sin embargo puede estar relacionado con algo más serio. Ante cualquier duda es mejor consultar con un especialista.

10. No consumo drogas

Esta puede tratarse de una mentira muy peligrosa. Si es que tu médico te prescribe algún medicamento, sin saber que consumes algún tipo de droga, podría aparecer una reacción adversa que ponga en riesgo tu vida. Además, el abuso de ciertas sustancias pueden afectar a otros órganos y una valoración más extensa puede ser necesaria. Si es que existe un problema de adicción, tu médico puede ayudarte a conseguir ayuda para rehabilitarte.

11. No consumo suplementos

¿Miedo a recibir un regaño o entrar en discusión por suplementos multivitamínicos o naturales? Tu médico debe saber todo suplemento que ingieres, algunos pueden ser peligrosos, reaccionar con tu medicación o incluso contener ingredientes que desconocías. La palabra “natural” no es sinónimo de inocuo o de sano, cualquier sustancia puede repercutir en tu salud.

12. Me tomo mi medicación sin falta

El 50% de las personas que tienen una enfermedad crónica, como hipertensión arterial o diabetes, no se toman la medicación de la manera que les fue indicada, haciendo muy difícil el manejo. Si es que te saltas tomas por miedo a efectos secundarios, o no te gusta la reacción que te provoca, debes decirle a tu médico. Él puede buscar otras opciones, ajustar la dosis, buscar un mejor precio o explicarte las consecuencias de alterar el tratamiento.

13. No me automedico

Este puede ser uno de los problemas más importantes al que se enfrente un médico. La automedicación se ha convertido en un hábito perjudicial muy común, las personas acuden con familiares, vecinos o farmacias antes de consultar con un médico. En una consulta es necesario comentar al doctor toda la medicación que hayas consumido, la frecuencia y su procedencia. Puede interferir con los medicamentos que te receten o incluso contribuir al fracaso terapéutico.

El médico es tu mejor aliado siempre y cuando exista una adecuada comunicación, basada en la verdad.

Fuente: WebMD