chimeneas con smock

El aire que respiramos empieza a res entir toda la contaminación con la que indiscriminadamente lo hemos llenado. Alrededor de 17 millones de niños se encuentran respirando aire tóxico, afectando, potencialmente, el desarrollo de su cerebro, de acuerdo al último reporte de UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la infancia).

Dos tercios de estos niños, que son alrededor de 12 millones, viven en el sur de Asia y están expuestos a niveles de contaminación, 6 veces más elevados que lo permitido. Las partículas presentes en el aire que respiran puede dañar el tejido cerebral y afectar al desarrollo cognitivo, con consecuencias potencialmente permanentes.

Tristemente la contaminación del aire es una de las principales amenazas para la salud de un niño, alrededor del mundo. La neumonía cobra la vida de 920.000 niños menores de 5 años cada año, y el riesgo es mayor para los infantes menores de 1 año.

Alterando al cerebro infantil

El cerebro cursa con un crecimiento crítico durante los primeros mil días de vida, formando la base de las conexiones neuronales (entre las neuronas), por lo que la exposición a aire contaminado durante este periodo tendría un efecto en el desarrollo normal del cerebro.

Los cerebros jóvenes son especialmente vulnerables, incluso a pequeñas dosis de químicos tóxicos. Además el hecho de que la frecuencia respiratoria de un niño es más alta (respiran más veces en un minuto), empeora la situación, debido a una mayor inhalación de aire tóxico, de acuerdo al reporte.

“El cerebro de los bebés e infantes se construye por una compleja interacción de conexiones neuronales rápidas, que empiezan a formarse desde antes del nacimiento” dijo Pia Rebello Britto, jefa de Desarrollo en la Infancia Temprana en UNICEF. “Estas conexiones neuronales forman el pensamiento óptimo de un niño, el aprendizaje, salud, memoria y las habilidades lingüísticas y motoras”, agregó.

Un entorno negativo, como la exposición a aire tóxico, hace a los niños más vulnerables a padecer trastorno del desarrollo, impidiendo que sus cerebros se conformen completamente, explicó. La investigación muestra que la contaminación puede detener el crecimiento, disminuir el coeficiente intelectual, alterar la memoria y causar alteraciones psicológicas, como ansiedad, depresión y el síndrome de déficit de atención e hiperactividad, afectando gravemente su desempeño escolar.

¿Quiénes están en mayor riesgo?

Personas con mascarillas

El Sur de Asia. El estudio realizado por UNICEF usó imágenes satelitales, que identificaron una población infantil de 12 millones en el Sur de Asia, como los individuos con mayor exposición a contaminación, que exceden en 6 veces los límites permitidos de contaminación establecidos por la Organización del a salud

«Con 1 de cada 8 bebés respirando aire extremadamente contaminado, se deben tomar medidas urgentes para reducir la contaminación del aire ahora», dijo Nicholas Rees, especialista en políticas de UNICEF y autor del estudio. «No podremos acabar con las muertes infantiles y ofrecer a los niños un comienzo de vida justo, sin abordar los riesgos ambientales que enfrentan», dijo.

«Las cifras son muy preocupantes para la salud pública», dijo Rachel B. Smith, investigadora asociada de la Escuela de Salud Pública del Imperial College de Londres, que no participó en el informe de UNICEF.

«Los niveles de contaminación en Asia son mucho más altos que en Londres», dijo Smith, quien publicó un estudio en donde indica una asociación entre bajo peso al nacer y la inhalación de aire contaminado por sus madres. «Vemos efectos en Londres, por lo que es preocupante cuando te das cuenta de cuántos niños están expuestos a algo peor en el sur de Asia”.

Se necesita acción inmediata

«Necesitamos fuentes de energía renovable más limpias, para prevenir la contaminación causada por la combustión de combustibles fósiles», dijo Rees. Quien cree que una planificación urbana inteligente, que incluya un acceso a transporte público, parques y espacios verdes para los niños y una mejor gestión de los desechos para evitar la quema al aire libre, ayudará a disminuir los niveles de contaminación.

«También debemos asegurarnos de que los niños tengan acceso a los servicios de salud que necesitan para tratar las afecciones de salud asociadas con la contaminación del aire», agregó.

El documento describió los pasos que los padres deben seguir en casa, centrándose en monitorear la salud respiratoria de sus hijos y reducir su exposición a los vapores producidos al cocinar, calentar o fumar tabaco.

«Hace años que sabemos que la violencia, la negligencia extrema y la falta de alimentos nutritivos en los primeros años de vida pueden frenar el desarrollo cerebral de los niños. Pero el hecho de que ahora sepamos que la función cognitiva de los niños se ve afectada simplemente por el aire que respiran, además de que tantos niños pequeños se vean afectados, es motivo de gran preocupación «, dijo Justin Forsyth, subdirector ejecutivo de UNICEF.