Existe un gran debate en relación a la legalización de distintas drogas que hasta el momento han sido consideradas ilegales. Sin embargo, muchas de las drogas socialmente aceptadas y legales podrían ser causantes de mucho daño para la salud y la aparición de enfermedades.

«Fumar tabaco y beber alcohol, y no tomar drogas ilegales, son los hábitos que predisponen a los mayores riesgos para la salud de las personas», sostiene un nuevo estudio internacional.

Los investigadores encontraron que el consumo combinado de alcohol y tabaco ocasionó más de un cuarto de billón de años de vida ajustados por discapacidad en todo el mundo, mientras que las drogas ilegales solo representaron decenas de millones. Los años de vida ajustados por discapacidad son una medida de la carga general de una enfermedad, expresada como la cantidad de años perdidos debido a problemas de salud, discapacidad o muerte prematura.

En todo el mundo, más de uno de cada siete adultos fuma tabaco, y uno de cada cinco, consumió alcohol en exceso en el último mes, según la revisión de los datos de 2015.

Según el informe Europa central, oriental y occidental tienen el mayor consumo de alcohol por persona y las tasas más altas de consumo entre los bebedores , con 50.5%, 48% y poco más del 42%, respectivamente. Además, esas mismas áreas también tienen las tasas más altas de tabaquismo: Europa del Este 24.2%, Europa Central 23.7% y Europa Occidental casi 21%.

El consumo de drogas ilícitas fue mucho menos común en todo el mundo, y se estima que menos de 1 de cada 20 personas consumió marihuana el año pasado, con tasas de consumo mucho más bajas de anfetaminas, opiáceos y cocaína, dijeron los investigadores.

En el caso de Estados Unidos y Canadá, éstos tienen una de las tasas más altas de dependencia de la marihuana (749 casos por cada 100,000 personas), opiáceos (650 casos por 100,000) y cocaína (301 casos por 100,000), según el coautor del estudio Robert West, de University College London.

También reportaron que Australia y Nueva Zelanda tienen la tasa más alta de dependencia de anfetaminas (491.5 por cada 100,000 personas), así como altas tasas de dependencia de la marihuana (694 casos por cada 100,000 personas), opioides (510 por 100,000) y consumo de cocaína (160.5 por 100,000 personas).

Aunque no existen datos en relación a Sudamérica en el informe, al igual que lo reportado en el resto del mundo, es conocido que el consumo excesivo tanto de alcohol como tabaco son un gran problema de salud pública en los países latinos. Es importante reconocer que a pesar de que su consumo sea legal no los hace inocuos, ni recomendables.