De acuerdo a una nota publicada por el portal Business Insider, los padres de niños que tienden a fracasar normalmente cometen 6 errores con respecto a su crianza. La buena noticia es que todo tiene solución.

Ser autoritarios en la crianza de los hijos es un error frecuente. Los padres autoritarios desalientan la comunicación abierta. Además, suelen hacer reclamos o dar órdenes sin una justificación adecuada. Un estudio mostró que cuando este tipo de padres revisan los deberes de sus hijos, perjudica el desempeño de los niños en la escuela.

El exceso de televisión en niños pequeños también perjudica su desarrollo. Otro estudio comparativo entre niños mostró que los niños que veían televisión durante más tiempo no participaban tanto en clase y tenían un rendimiento bajo en matemáticas.

Gritarle a los niños como acción disciplinaria tampoco es recomendable. Gritar, maldecir o insultar pueden tener los mismos efectos negativos que la disciplina física.

Los padres sobreprotectores causan mayores niveles de ansiedad y de depresión en los niños. Algunos investigadores han encontrado que estos niños están menos abiertos a aceptar nuevas ideas y son más inseguros.

Los extremos no son buenos, y los padres que son emocionalmente distantes de sus hijos también están perjudicando a sus hijos. Esta actitud puede contribuir a que los niños desarrollen problemas de conducta, inseguridad y dificultades emocionales.

Otro error grave es utilizar la violencia física como acción disciplinaria. Un estudio demostró que el comportamiento de niños de primero de básica, que ya tenían problemas de conducta, se veía empeorado si es que sus padres los golpeaban. Además, la violencia física hacia los niños también ha sido relacionada con problemas de salud mental y dificultades cognitivas. Los niños que crecen siendo golpeados se vuelven más agresivos, más violentos y crecen con la imagen de que está bien lastimar a alguien que amas.

La Academia Americana de Pediatría, la Asociación Americana de Psiquiatría de Niños y Adolescentes, y la Asociación Nacional de Salud Mental de Estados Unidos recomiendan ciertas técnicas de disciplina para evitar cometer los errores mencionados arriba y mejorar la relación entre padres e hijos.

El buen comportamiento siempre debe ser premiado. Esta es la mejor manera de hacer que un niño siga comportándose de esa manera. Cada vez que él o ella tengan una actitud o un comportamiento deseable, es recomendable notarlo y felicitarles por ello.

Cuando un niño hace algo mal, hay que dejar que experimente las consecuencias naturales de sus actos. Por ejemplo, si rompe un juguete, ya no lo va a tener para jugar después. Los niños no necesitan escuchar los reclamos de los padres además de sufrir las consecuencias de sus acciones. Esta técnica funciona bien con los niños que tienden a “no escuchar” las advertencias de sus padres sobre los posibles resultados de cierto comportamiento. Sin embargo, hay que asegurar de que cualquier consecuencia que experimenten no sea peligrosa.

Para las acciones que no tengan un consecuencia natural, se puede usar la técnica de retirarles privilegios. Por ejemplo, disminuir o eliminar el tiempo que pueden ver televisión. Esta técnica funciona mejor cuando el privilegio retirado está relacionado de alguna manera con el comportamiento negativo, se trata de algo que el niño valora y se retira apenas ocurre el incidente.

Fuente: WebMD