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El tiempo es un bien muy valioso, y como tal, hay que invertirlo con cuidado. Especialmente, cuando queremos obtener los mejores resultados. Planificar con anticipación es una buena herramienta pero existen otras pautas que pueden ayudar a una persona a escoger el mejor momento cada para esas pequeñas acciones cotidianas.

Pesarse, por ejemplo, es mejor si se hace los miércoles. La gente generalmente come más en los fines de semana pero tiende a usar esa energía durante la semana. Algunos estudios han demostrado que parase sobre la balanza en la mitad de la semana, sin importar la hora del día, es la mejor manera de saber realmente cuánto pesa una persona y tener una perspectiva más acercada a la realidad.

La hora de la siesta es importante. El mejor momento del día es entre las 2pm y las 3pm. Durante este tiempo, los niveles de azúcar tienden a bajar pues ya pasó el almuerzo y lo suficientemente temprano como para no interferir con el sueño nocturno. La duración de la siesta también debe medirse. Para estar más alerta y mejorar el humor, 20 minutos son suficientes. Si la siesta se pasa de los 30 minutos, se entra en una fase más profunda del sueño, donde se desaceleran las ondas cerebrales. Esto puede causar mal humor en la persona cuando se levante y que se sienta aletargada.

Si se quiere resolver un problema, se debe buscar un momento donde la energía esté un poco baja, cuando la persona no se sienta muy activa o concentrada. Esto puede deberse a que la mente está más libre y relajada para pensar en nuevas maneras de resolver un inconveniente.

Si se requiere aprender algo muy importante, el mejor momento para ponerse a estudiar es justo antes de tener una buena noche de sueño. Es más probable que la información y las habilidades se graben en el cerebro si el cuerpo tiene un noche entera, sin interrupciones, de sueño tranquilo. Qué tanto y qué tan bien se duerma tienen un gran efecto en el aprendizaje y la memoria. Es por ello que estudiar toda la madrugada no es una buena idea.

Una pausa en el trabajo es necesaria, y el momento óptimo para hacerlo es una hora después de haber entrado a trabajar, así sugiere un estudio sobre la productividad de las personas que trabajan ocho horas diarias. Los investigadores encontraron que una manera de mantener en niveles altos la concentración y la energía es tomar un receso de 15 minutos, y otro una hora antes de terminar la jornada. También se recomienda tomarse una media hora para almorzar entre estos dos recesos. No hay que olvidar que si se está sentado todo el tiempo, se debe tomar un momento para estirarse, despejarse y caminar, por lo menos una vez cada hora.

El mejor momento del día para acudir a una entrevista de trabajo es temprano en la mañana. Si se espera más tiempo, es probable que al entrevistador ya le haya simpatizado bastante alguno de los candidatos anteriores, y está inclinado a esperar que el siguiente candidato o haga malo o no sea tan bueno como los demás, o que ya ha entrevistado a suficientes personas por el día.