La respuesta te podría sorprender. Más de 300 millones de personas en el mundo sufren de depresión, así lo asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además esta condición es la causa principal de una mala salud y discapacidad.

Esta cifra ha venido en aumento. De hecho, creció más del 18% la última década. Estos números son alarmantes principalmente por el estigma que suele existir alrededor de la enfermedad y cómo en algunos países no se lo trata con el enfoque o con la urgencia que amerita.

La OMS describe a la depresión como “un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración”.

Uno de los principales problemas que se debe atacar son los prejuicios y la discriminación. Esto ha llevado a la organización a dirigir una campaña llamada “Depresión: Hablemos” que busca aumentar el número de personas con depresión que buscan y consiguen ayuda.

Para alguien que sufre de depresión, hablar con una persona de confianza suele ser el primer paso hacia el tratamiento y la eventual recuperación.

Otra meta importante es aumentar el gasto en salud mental. Muchos países ofrecen muy poca ayuda o nada en absoluto. En términos generales, sólo el 3% del presupuesto de los gobiernos se invierte en esta rama de la medicina, y en países de bajos recursos el monto no llega al 1%. Pero incluso en países muy avanzados, casi el 50% de los que la sufren no reciben tratamiento.

La OMS recuerda también los fuertes vínculos que tiene la depresión con otros trastornos, enfermedades o riesgos como consumo de sustancias o incluso suicidio. Si crees que sufres de depresión no dudes en hablar de esto y buscar ayuda.