Gráfico de un cerebro

El cerebro es el órgano del cuerpo más complejo, miles de interacciones celulares, conexiones nerviosas, sustancias regulando su función, pero principalmente una plasticidad única. Características que ha permitido que un niño “formatee” su cerebro para acostumbrarse a su nuevo par de manos.

Hace dos años, un pequeño niño llamado Zion Harvey fue el primer paciente en someterse a un exitoso trasplante doble de mano. Ahora está ganando notoriedad por otro logro, la forma en que su cerebro se reorganizó en respuesta a la amputación y luego en respuesta al trasplante.

Harvey, ahora ya de 10 años, perdió ambas manos a causa de  una infección grave en la infancia. Su cerebro tuvo que reprogramarse después de las amputaciones, pero interesantemente revirtió esos cambios después de que recibió sus manos trasplantadas, según sus médicos en el Hospital de Niños de Filadelfia.

«Con los cambios observados en su cerebro, mismos que ha sido seguidos por el equipo de colaboración desde hace dos años, Zion es ahora el primer niño en mostrar la reorientación del mapeo cerebral«, dijo el autor principal del estudio, el Dr. L. Scott Levin. Quien dirigió el equipo de 40 personas que realizaron el trasplante doble de mano.

Cada parte del cuerpo que recibe sensaciones nerviosas envía, a su vez, señales a su lugar correspondiente en el cerebro, explicaron los médicos. El primer autor del estudio, William Gaetz, dijo: «Sabemos por la investigación en primates no humanos y en estudios de imágenes cerebrales en pacientes adultos que, después de la amputación, el cerebro se reasigna a sí mismo ciertas funciones, al no recibir información de las manos».

El remapeo cerebral que se produce después de la amputación de un miembro superior se denomina reorganización cortical masiva (MCR).»Esperábamos ver MCR en nuestro paciente, y así fue, es más fuimos los primeros en observar dicho fenómeno en un niño», dijo Gaetz, un investigador de Radiología.

Pero Gaetz comenta que están aún más emocionados al observar lo que sucedió después, cuando las nuevas manos del paciente comenzaron a recuperar la función. «Gracias a nuestro paciente, encontramos que el proceso es reversible«, agregó.

Usando imágenes avanzadas, pudieron medir la actividad magnética en el cerebro de Zion para detectar la ubicación, la fuerza y ​​el momento de sus respuestas a los estímulos aplicados a los labios y los dedos. Los investigadores realizaron estas pruebas cuatro veces durante el año posterior al trasplante.

Se detectaron cambios significativos en las dos visitas posteriores, que indicaron un mejor tiempo en la respuesta a los estímulos, una señal de que el remapeo cerebral estaba regresando a un patrón más normal.

«Las señales sensoriales están llegando a la ubicación correcta en el cerebro, pero es posible que todavía no se integren completamente en la red somatosensorial», dijo Gaetz. «Esperamos que con el tiempo, estas respuestas sensoriales se vuelvan más típicas a las de un niño de su edad».

«Este es un logro tremendo no solo para nuestro equipo y nuestra investigación, sino para el propio Zion», dijo Levin. «Es otra señal de su increíble progreso y avance continuo con sus nuevas extremidades».

Gaetz dijo que estos resultados han generado nuevas interrogantes y entusiasmo sobre la plasticidad cerebral, particularmente en los niños. Algunas de esas nuevas preguntas incluyen, ¿cuál es la mejor edad para recibir un trasplante de mano? ¿La reorganización cerebral siempre ocurre después de la amputación? ¿Cómo se ve el mapeo cerebral en personas que nacen sin manos?

«Estamos planificando nuevas investigaciones para responder algunas de estas preguntas», dijo Gaetz.

En cuanto a Zion, ahora puede escribir, vestirse y alimentarse de forma más independiente que antes de su operación. Estas son «consideraciones importantes en la evidente mejora de su calidad de vida», dijo Levin.