Todos los días se aprende algo nuevo y es mucho mejor cuando lo podemos poner en práctica de manera inmediata. Hoy te traemos algunos datos curiosos sobre el oído y el sentido de la escucha que probablemente no sabías.

Por ejemplo, cuando al escuchar una canción te da la famosa piel de gallina en realidad se trata de algo mucho más primitivo que la impresión o el placer. Algunas frecuencias, como las de los cantantes de ópera, se asemejan mucho al grito de ayuda de una persona. La piel de gallina se da porque tu cuerpo cree que estás asustado (por eso a veces sucede lo mismo en una montaña rusa o deportes de adrenalina).

¿Y sabías que para escuchar, las ondas de sonido hacen vibrar a tus tímpanos? De hecho, tu oreja tiene esa forma para capturar y dirigir las ondas hacia los tímpanos. Estas vibraciones se mueven a través de los huesecillos del oído y finalmente llegan a la cóclea.

La cóclea es una estructura en forma de concha de caracol llena de células ciliadas (con pelitos) que recogen esta vibración y las envía a tu cerebro. Es en este momento que tú asimilas las ondas como sonido.

Otro dato que seguro desconocías es que tu oído interno tiene pequeñas piedras en su interior. Son cristales que si se mueven pueden producir vértigo. Esto se puede desatar por varios motivos, como un golpe en la cabeza, migrañas o cirugía. Si sufres de mareo constante y sientes que tu cabeza da vueltas, es hora de visitar un doctor. Muchas veces se cura por sí solo, pero si no, es mejor buscar tratamiento.

Sin embargo, el motivo por el que te mantienes equilibrado es otro. Tus orejas tienen órganos y canales que detectan cuando estás en movimiento. Así tu cerebro sabe si estás corriendo detrás del bus, sentado trabajando o tomando una siesta.

Es importante cuidar a tus orejas porque algunos daños son irreversibles. Si escuchas música muy fuerte, por ejemplo, no hay vuelta atrás. La bulla puede lastimar a los cilios de las células en la cóclea y los mensajes no serán tan efectivos. Este daño es paulatino y puede tomar años en dar síntomas alarmantes. Baja el volumen cuando uses audífonos y no lo hagas por largos periodos de tiempo, y si escuchas timbres o zumbidos debes consultar con un doctor.

Y un último consejo para cuidar tus oídos es que si los sientes tapados. El peróxido de hidrógeno y aceite de bebé son remedios caseros que ayudan a suavizar la cera en el oído. Asegúrate que estén a temperatura ambiente y no pongas demasiado. Recuerda no poner hisopos de algodón en el canal auditivo. Nunca.