persona con una manzana

Comer es una actividad cotidiana que puede verse alterada por varios factores. Ya sea el ritmo, la cantidad o la frecuencia, existen mucha factores la manera de alimentarse.

La falta de sueño, por ejemplo, saca de balance al cuerpo. No descansar lo suficiente altera la producción de hormonas que controlan la saciedad, por lo que el cuerpo asume que necesita más calorías cuando en realidad no es así.

El hambre también causa estragos en el cuerpo, hace que se estrese. Al disminuir los niveles de azúcar en la sangre, el cuerpo inicia un proceso llamado “respuesta contrarreguladora de glucosa”. Esto hace que el cuerpo active el modo de lucha o escape en el cuerpo, lo que normalmente causa que la persona se ponga de mal humor.

Para contrarrestar los problemas que causa el hambre, hay que conocer bien cómo funciona al cuerpo. La hora en la que una persona tiene más hambre es a las ocho de la noche. Se podría pensar que es por la mañana, ya que las horas de sueño son el periodo más que se pasa sin comer. Sin embargo, de acuerdo a los científicos, el cuerpo pide más comida justo antes de la hora de dormir. Sucede esto, en parte, porque el cerebro anticipa que necesita más calorías para funcionar mientras el cuerpo descansa durante toda la noche.

El estómago tiene un mecanismo especial para avisarle al cerebro cuando ya a ha llegado a su límite. Los receptores de estiramiento envían un señal cuando la comida o el agua ingerida empieza a estirar el revestimiento del estómago.

El hambre puede ser causada por factores emocionales. Al tener sentimientos intensos o de aburrimiento, es común buscar en la comida un tipo de  distractor. Ya que no es una necesidad física, la comida no resuelve el problema, y es usual que la persona siga comiendo incluso después de sentirse saciado. Se puede reconocer este tipo de hambre ya que se presenta de repente y con mucha urgencia.

Aunque no parezca cierto, las imágenes de la comida también pueden causar hambre. Es lo que se conoce como sugestión. Hay estudios que demuestran que al ver comida, los niveles de grelina aumentan en la sangre. Esta es la hormona encargada de despertar el apetito.

Después de estudiar, el hambre siempre ataca. No se debe a que el trabajo mental use muchas calorías, de hecho, se necesita la misma cantidad de energía para sentarse en el sillón que para estudiar. Lo que ocurre es que los niveles de glucosa e insulina en la sangre suben y bajan al estudiar, y esto abre el apetito.

El estómago tiende a hacer ruido cuando la persona tiene hambre, pero no siempre es por esa causa. Los sonidos pueden deberse a los intestinos que se tensan y se relajan al mezclar la comida, los fluidos y los gases en el sistema digestivo.

Otras causas del hambre pueden ser enfermedades, como el hipertiroidismo. Ya que la glándula tiroide se encuentra trabajando demasiado si la persona tiene esta enfermedad, eso aumenta el metabolismo. Como consecuencia, las personas tienden a sentir hambre más seguido.