medicamentos y termostato

Tu cuerpo produce calor constantemente, es algo así como un horno. Esta es una de las funciones que te mantienen con vida y a tu organismo funcionando con normalidad, pero si tu cuerpo está produciendo más o menos calor que lo normal, es signo de que algo está mal.

No podemos hablar de una temperatura corporal normal, porque esto depende de múltiples factores y cada persona es diferente. En el siglo XIX, los 37°C fueron fijados como medida estándar, sin embargo hoy en día se conoce que esta puede variar entre 36.1°C y 37.2°C para un adulto y un poco más alto para un niño.

También es importante notar que la temperatura no permanece fija a lo largo del día. Por ejemplo, sube ligeramente en la mañana y se mantiene hasta la tarde, para bajar nuevamente por la noche. De hecho, el punto más bajo es pocas horas antes de despertar, es por esto que sientes la necesidad de dormir con cobijas incluso en lugares abrigados. Por lo general, una persona se siente más despierta mientras su temperatura está subiendo y más cansada mientras está bajando.

Otros factores que la alteran incluye tu nivel de actividad física, tu edad, tu sexo, lo que has comido o bebido durante el día e incluso, si eres mujer, en qué punto de tu período te encuentras. En efecto, en tiempo de ovulación la temperatura es más alta y esto puede ayudar a las mujeres que están tratando de concebir. Si es tu caso, necesitarás un termómetro basal y la asesoría de un médico.

Cómo medir la temperatura

Ya que varios factores afectan la temperatura corporal, tal vez sea evidente recalcar que también varía según el punto de dónde se la esté midiendo. Por lo general, las axilas tienen una temperatura un poco menor que la de la boca, que a su vez tiene más baja que el recto. En este caso hablaremos de la boca como el punto de donde debe ser medida.

Lo primero que debes recordar es no comer ni beber nada por lo menos 5 minutos antes, la temperatura de tus alimentos si afectará la tu boca. Durante este lapso, procura no hablar mucho y si es posible mantener la boca cerrada para ser más fieles a los resultados. Aprovecha para lavar tus manos con agua tibia y jabón, seguido de limpiar bien el termómetro con agua fría, limpiarlo con alcohol y enjuagar nuevamente

Recomendamos evitar los termómetros de vidrio con mercurio pues son propensos a romperse y causar accidentes. Mejor utiliza uno eléctrico y entrega los de vidrio al hospital para que puedan deshacerse de la manera más óptima.

Si la temperatura es muy alta

En este caso hablamos de fiebre, que es todo lo mayor a 38°C. Aunque no lo creas una fiebre no es necesariamente mala, de hecho implica que tu cuerpo está llevando un proceso de lucha en contra de los gérmenes que se encuentran presentes al crear un ambiente inhabitable para ellos. De todos modos, si tienes fiebre por más de 3 días o supera los 39.4°C acude a emergencia de inmediato, en especial si incluye síntomas como vómito, dolor de cabeza, dolor de pecho o sarpullidos.

También podría tratarse de insolación. Esto sucede cuando tu cuerpo no puede mantenerse fresco mientras la temperatura aumenta, por lo general porque no puede producir suficiente sudor. Si notas que el ambiente te está asfixiando, no hay sudoración normal, tienes la piel roja y problemas para respirar, llama de urgencia al 911. Una insolación de no ser tratada podría causar shocks y daños permanentes en el cerebro.

En caso de ser muy baja

La hipotermia es más común cuando la temperatura está alrededor de 10°C. Sucede cuando nuestro cuerpo pierde mucho calor llegando a temperaturas menores a 35°C  y puede ser muy seria e incluso fatal. Esta condición más grave entre las personas mayores y los recién nacidos. Si este es el caso, procura mantener abrigado y asegurarte que no tenga relación con otra afección como hipotiroidismo, enfermedad de Parkinson, desnutrición  u otra.

Otros factores que pueden alterar tu temperatura

Además de los ya mencionados, existen algunos factores muy curiosos que pueden alterar la temperatura de tu cuerpo. Por ejemplo, científicos españoles han sugerido la existencia del Efecto Pinocho, que es la ligera elevación de temperatura cuando mentimos.  También puede cambiar por exceso de cafeína, estrés, deshidratación y problemas con la temperatura.

Lo importante es que estés siempre pendiente de tu termostato interno y consultes con un doctor si notas alguna irregularidad.