La anemia es un síndrome que se desarrolla cuando una persona no tiene suficientes glóbulos rojos fuertes y saludables para transportar oxígeno para todo el cuerpo. Si bien la anemia afecta a 1 de cada 10 niñas y mujeres adolescentes, hombres y niños también pueden desarrollarla. Aquí te decimos todo lo que debes saber para reconocer esta condición.

Lo primero es aprender a reconocerla. Si con frecuencia te sientes cansado, a pesar de que dormiste bien, deberías estar alerta de los siguientes síntomas que varían según su gravedad. Estos incluyen debilidad, mareo, piel pálida, dolores de cabeza, baja temperatura corporal o entumecimiento en manos y pies.

Existen también otros síntomas relacionados al corazón, pues las personas con anemia tienen menos oxígeno en la sangre y su corazón debe trabajar más duro para que llegue suficiente oxígeno a los órganos para seguir trabajando normalmente. También debes prestar atención si tienes arritmia, dificultad al respirar o dolores en el pecho.

En el caso de los niños es más importante reconocerlo a tiempo, según expertos un caso severo de anemia podría afectar de manera permanente el desarrollo del cerebro del pequeño. Y no son casos aislados, uno 1 de cada 7 niños la desarrolla, por lo general por falta de hierro en la dieta.

Las personas con enfermedad crónicas, como renales, también son más vulnerables a tenerla. De igual manera son más propensas las mujeres embarazada o las que pierden mucha sangre en debido a una menstruación abundante (esto afecta principalmente a las mujeres adolescentes). Incluso algunos tipos de anemia son hereditarios, así que es un buen momento para preguntar a nuestros familiares qué enfermedades han sufrido.

Una de las causas más comunes es el bajo consumo de hierro, que se encuentra principalmente en la carne roja. Si bien está presente en algunas plantas o suplementos, no es tan fácil para el cuerpo de asimilarlas como cuando está en la carne. La deficiencia en vitamina B12 y ácido fólico también impide la producción de glóbulos rojos y puede terminar en anemia.

Si crees que podrías tener anemia, es importante que lo consultes con un doctor. Tu médico indicará exámenes de sangre para verificar los niveles de glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y hemoglobina. También comprobará otros factores como el tamaño medio, la variabilidad en el tamaño, el volumen y la concentración de hemoglobina en los glóbulos rojos.

En caso de que los resultados indican anemia, otros exámenes podrían ser necesarios. Así tu médico podrá diagnosticar de manera correcta y empezar con un tratamiento. Recuerda llamarle si reconoces los síntomas que acabas de aprender.