El infarto o ataque al corazón suele ser una de las principales causas de muerte en muchos países del mundo. A veces, solo con mencionarlo se despiertan muchas inquietudes y temores. Sin embargo, conocer qué es, cómo identificarlo y cómo reaccionar puede salvar nuestra vida o la de otra persona. Es por ello que, a continuación, traemos una recopilación de la publicación WebMD que reúne todo lo que necesitamos saber con rapidez acerca de él.

¿Qué es un infarto?

Cuando la sangre no consigue llegar al corazón, el músculo de este órgano no tiene el oxígeno que necesita. Sin oxígeno, sus células pueden dañarse o morir. La clave para la recuperación es restaurar el flujo sanguíneo con rapidez. Obtén ayuda médica inmediatamente si piensas que tienes los síntomas de sufrir un infarto.

Causas

Las arterias son los vasos sanguíneos que llevan sangre al corazón. Con el tiempo, el colesterol y un material graso llamado placa pueden acumularse en las paredes de las arterias, dificultando que la sangre fluya libremente. La mayoría de los infartos ocurren cuando un pedazo de esa placa se rompe, pues se forma un coágulo de sangre alrededor de la placa rota y bloquea la arteria.

Síntomas

Puedes sentir dolor, presión o malestar en el pecho. Te puedes quedar sin aliento, sudar, desmayarte o sentir nauseas. Es posible que te duela el cuello, la mandíbula o los hombros.

Los síntomas pueden ser diferentes entre hombres y mujeres. Los hombres son más propensos a experimentar un sudor frío y a sentir dolor extendiéndose por su brazo izquierdo, mientras que las mujeres son más propensas a sufrir dolor de espalda o cuello, acidez estomacal y falta de aire.

También tienden a tener problemas de estómago, incluyendo malestar estomacal, sensación de náuseas y vómito. También pueden sentirse muy cansadas y mareados. Un par de semanas antes de sufrir un ataque al corazón, una mujer puede experimentar síntomas de gripe y problemas de sueño.

Alrededor de 435.000 mujeres en los Estados Unidos tienen infartos cada año. Los síntomas pueden ser tan leves que a menudo se descartan como si se tratasen de la señal de algo menor.

Qué hacer

Si tú o una persona con la que te encuentras sufre los síntomas de lo que podría ser un infarto, comunícate inmediatamente con el 911: sobrevivir a un infarto es más probable si se recibe tratamiento en los primeros 90 minutos.

Mientras llega la asistencia, a menos que sea alérgica, la persona afectada debe masticar y tragar una aspirina para reducir el riesgo de un coágulo de sangre. En el caso de que la persona esté inconsciente, aplicarle con las manos un procedimiento de reanimación cardiopulmonar (RCP) puede doblar sus posibilidades de supervivencia.

Diagnóstico

Un electrocardiograma verifica la actividad eléctrica del corazón y puede ayudar a los médicos a determinar si se está sufriendo un infarto. Además puede mostrar qué arteria en concreto está obstruida o bloqueada. El infarto también puede ser diagnosticado por medio de un análisis de sangre en el cual se buscan las proteínas que liberan las células del corazón cuando se mueren.

Tratamiento

El objetivo es actuar lo más rápido posible para conseguir que la sangre fluya otra vez hasta el corazón, de manera que es posible que la persona afectada reciba fármacos que disuelvan los coágulos.

También es probable que se aplique un procedimiento llamado angiograma coronario. Se trata de pasar a través de la arteria un tubo delgado con un pequeño globo en un extremo para así despejar el bloqueo. En la mayoría de las ocasiones, los médicos colocan un pequeño tubo de malla en la arteria para asegurarse de que permanece abierta.

Factores de riesgo

Las probabilidades de tener un ataque al corazón aumentan con la edad, y los hombres son más propensos a tener uno que las mujeres. Contar con un historial de enfermedad cardíaca en la familia también incrementa riesgo. Fumar aumenta las posibilidades de sufrir un infarto y también lo hace tener la presión arterial alta, tener altos niveles de colesterol, padecer de diabetes y ser obeso. El estrés, la falta de ejercicio y la depresión son también factores de riesgo.

Cómo prevenir un infarto

Si fumas, déjalo. Inmediatamente, las posibilidades de sufrir un infarto se reducirán en un tercio. Haz ejercicio y come bien. La American Heart Association recomienda practicar 30 minutos de ejercicio moderado al día, 5 días a la semana. Come muchas frutas, verduras y granos para mantener las arterias sanas. Y encuentra formas positivas de lidiar con el estrés.

Para algunas personas, tomar una aspirina diaria sirve de ayuda, pero mejor consulta con tu médico para averiguar si es adecuado para ti.

Después del infarto

Si has sido hospitalizado, regresarás a casa después de unos días, retomando la vida normal tras unas pocas semanas.

Una forma de ayudarte en la recuperación es emprender un proceso de rehabilitación cardiaca. En él, recibirás tu propio programa de acondicionamiento físico y aprenderás cómo mantener un estilo de vida saludable para el corazón. Si te sientes mal o preocupado por tener otro ataque, busca ayuda de consejeros.