La neumonía es una enfermedad que afecta a los pulmones, ocasionando que los sacos internos se inflamen y se llenen con líquido o pus. Para una persona que goza de una buena salud y recibe tratamiento adecuado e inmediato, será muy fácil recuperarse y no pasará a mayores. Pero si se trata de niños, adultos mayores o personas con sistemas inmunológicos débiles, la situación es más grave.

Esta condición puede ser ocasionada por virus, hongos o bacterias. Normalmente, los cuerpos extraños se filtran antes de entrar a nuestro cuerpo, pero en algunas ocasiones son más fuertes y logran llegar hasta los pulmones. En un intento de curarse, el sistema inmunológico envía células para combatir a los gérmenes, lo que inflama a los pulmones y conduce a una eventual neumonía. Estos son algunos signos de alerta que debes reconocer en el caso de esta afectación.

Los primeros síntomas que los afectados suelen presentar son fiebres altas, escalofríos, falta de aire y dolor en el pecho al respirar. También podrías tener una tos gruesa y profunda que no pasa rápidamente, en muchos casos con flema.

Sin embargo, como la neumonía puede ser ocasionada por varios motivos, los signos también pueden variar. Por ejemplo, existe una forma de neumonía menos común llamada enfermedad de los legionarios y es ocasionada por la bacteria Legionella. En este caso las personas presentan desde dolores musculares y de cabeza hasta tos con sangre, vómitos y diarrea. Este tipo de enfermedad se contagia a través del agua.

Y en muchos casos, es posible que los afectados no sepan que tienen neumonía por su parecido con el resfriado común o la gripe. Por eso es importante acudir a un doctor si empiezas con malestar, pues sólo un experto puede diagnosticarte de manera correcta. Es importante que no dejes de visitar al médico, pues de no ser tratada correctamente y a tiempo, pueden existir complicaciones como abscesos de pulmones.

Si quieres saber cómo prevenir esta enfermedad te recomendamos mantener tus manos y rostro limpio con jabón y desinfectante. Otra buena idea es mantener una dieta equilibrada y hacer ejercicio con frecuencia para tener un sistema inmunológico saludable. Pero si eres fumador, la mejor manera de prevenir esta y cualquier otra enfermedad pulmonar es dejando el tabaco. Es más difícil para los pulmones de un fumador luchas contra los gérmenes y cualquier otra enfermedad.