En inglés se conoce a este estado como hangry a lo que sentimos cuando tenemos hambre, una mezcla entre “hungry” que significa hambre y “angry” que significa molesto. Es un término utilizado para describir la irritabilidad que sentimos cuando no hemos comido lo suficiente. Aquí te contamos algunos factores que aumentan nuestro apetito para que nunca más te sientas así.

Por ejemplo, ¿sabías que la falta de sueño nos hace sentir más hambrientos? Si no dormiste lo suficiente por la noche, tu cuerpo no funciona con normalidad. Las hormonas salen afectadas también y no distinguen cuándo tienen hambre, por eso envían la señal errada de alimentarse y terminas consumiendo calorías extras.

Lo curioso es que la hora antes de dormir es la que nuestro cuerpo siente más hambre. Contrario a lo que muchos piensan de que “el desayuno” es la hora que sentimos más apetito, varios estudios apuntan a las 8pm como la hora en que necesitamos más comida. Tal vez nuestro cerebro sabe cuántas calorías necesita para pasar la noche.

Aunque no lo creas, ver fotos de comida también pueden dar hambre. Así que si eres de los que pasa horas en redes sociales viendo fotos de platillos en diferentes restaurantes o buscando una nueva receta para probar, te contamos que el poder de la sugerencia es más fuerte de lo que crees. Las fotos de la comida elevan los niveles en la sangre de la hormona responsable de decirnos que es la hora de comer.

El trabajo mental también puede ocasionar un aumento del apetito. Si bien quemas la misma cantidad de calorías sentado estudiando que viendo la televisión, el esfuerzo mental juega con nuestros niveles de glucosa e insulina y podría hacernos sentir ansiosos por comer.

Otro motivo por el que podemos tener hambre es estrictamente emocional y no físico. Si te interesa reconocer este tipo de hambre debes saber que por lo general viene de manera abrupta y se siente casi urgente. Recuerda que al no ser físico la comida no te saciará realmente, puedes tomar un vaso de agua y buscar otra distracción. Puede ser recomendable visitar un especialista sobre este problema.

También es muy común confundir el hambre con la sed, pues estas sensaciones son receptadas y comandadas por la misma parte del cerebro. Si tienes hambre, primero ve por un vaso de agua y espera un momento, si todavía sientes hambre tal vez sea hora de un snack saludable. Otro buen hábito es aprender a comer despacio, pues nuestro cerebro no puede seguir el ritmo de la boca. Las personas que comen muy rápido tienden a comer más porque no le dan a nuestro cuerpo el tiempo suficiente para sentirse satisfechos.

Recuerda que algunas enfermedades como el hipertiroidismo también puede aumentar el apetito. Así que si sientes mucho hambre y no sabes por qué, lo mejor será visitar un doctor para recibir un diagnóstico.

Y si te preguntabas de dónde viene la irritabilidad del hambre, la respuesta está en el azúcar. Cuando los niveles de este nutriente bajan de nivel en la sangre, nuestro cuerpo reacciona poniendo al borde las hormonas del estrés y por lo tanto, la irritabilidad aparece.