La ciencia avanza haciendo uso de las grandes ventajas de la biotecnología. Su utilización promete encontrar y posteriormente ofrecer tratamientos innovadores para enfermedades crónicas, progresivas, degenerativas e incurables, como es la enfermedad de Parkinson (EP). Uno de estos tratamientos es el trasplante de células cerebrales de cerdo al cerebro de un humano afectado por la enfermedad.

La EP es una enfermedad neurológica, de causa desconocida, en donde el cerebro experimenta la pérdida gradual de las células productoras de dopamina, un compuesto relacionado con el control del movimiento. Las personas afectadas pierden el control de los movimientos voluntarios y experimentan temblor generalizado y dificultad para la movilización.

Afecta tanto a hombres como mujeres y más del 70% de los afectados superan los 65 años. Las estadísticas mencionan que 2 de cada 100 personas mayores de 65 años la padecen. Aunque, también puede afectar a personas más jóvenes, un 30% de los pacientes diagnosticados tienen menos de 65 años.

El tratamiento actual se basa en medicamentos que reemplazan la dopamina faltante, pero su efectividad desaparece con el tiempo. En la búsqueda de una opción duradera y efectiva, Living Cell Technologies una compañía de biotecnología con base en Nueva Zelanda, realizó un ensayo médico, que trasplantó células cerebrales de cerdo en los cerebros de personas con EP, con resultados prometedores.

Se obtienen células cerebrales del plexo coroideo del cerdo, una estructura cerebral que fabrica factores de crecimiento y moléculas de señalización, encargadas de mantener a las células nerviosas saludables. Por medio de cirugía, se trasplantan en el cerebro unas pequeñas cápsulas (0.5 mm) que contienen alrededor de 1000 células porcinas, cada una. El objetivo es que estos compuestos nutran a las células productoras de dopamina remanentes, retrasando la progresión de la enfermedad.

Las cápsulas tienen una cubierta porosa de alginato, hecho de algas, que permite que los factores de crecimiento puedan moverse en el tejido cerebral del paciente, pero a su vez, previenen que el sistema inmune las reconozca como ajenas y las ataque.

Esta tecnología ha sido exitosa en el modelo animal de la versión de EP en ratas. “Es poner una pequeña fábrica neuroquímica que promueva nuevo crecimiento y reparación de las células nerviosas” comenta Ken Taylor de Living Cell Technologies.
En esta primera etapa del ensayo, se trasplantaron 40 cápsulas en un lado del cerebro a 4 pacientes. Los 4 presentaron mejoría de 14 puntos en una escala de 199 puntos que califica la gravedad de la enfermedad.

Aunque el ensayo demostró una mejoría sostenida en 18 meses, Steven Gill de la Universidad de Bristol en el Reino Unido, comenta que se debe tener reservas con los resultados. Los pacientes mejoraron inmediatamente tras la cirugía, lo que es dudoso y puede tratarse de un efecto placebo ya que “las células nerviosas no se regeneran tan rápido” aseguró.

Al momento se realiza un ensayo más grande, que cuenta con 18 pacientes sometidos a un estudio placebo-control. En donde se comparan 2 grupos, uno de ellos con cápsulas porcinas y otro con placebo. Además, en este estudio se administraron 120 cápsulas y en ambos lados del cerebro.

Existen otras terapias celulares que han mostrado éxito en la EP, como el trasplante de células productoras de dopamina extraídas de fetos abortados, misma que tiene múltiples limitaciones éticas como prácticas. Tambíen hay esperanza en utilizar células madre del adulto afectado, para convertirlas en productoras de dopamina y evitar el rechazo del sistema inmune.

Una preocupación importante del uso de células de cerebro, es que existen virus porcinos presentes en su ADN, que podrían transmitirse a la persona y generar nuevas enfermedades. Por lo pronto no ha ocurrido y existen grupos de investigadores desarrollando tecnología de edición genética, que permita eliminar los virus del genoma porcino.

La terapia celular también se está investigando como una opción terapéutica para otras enfermedades neurodegenerativas, incluyendo la Enfermedad de Alzheimer y la Enfermedad de Huntington. También se utiliza en el trasplante de células pancreáticas de cerdo en pacientes con Diabetes. Se espera que en un futuro, no tan lejano, la biotecnología basada en la terapia celular sea una opción viable y accesible, para mejorar el pronóstico y la calidad de vida de quienes padecen enfermedades crónicas.

Fuente: New Scientist