Es la estampa clásica: la familia se reune a comer y ahí está la televisión encendida, como si fuese un comensal más. En principio, parece algo inocuo. Sin embargo, según un estudio reciente, si no vemos la televisión durante esas comidas familiares, correremos menos riesgo de sufrir obesidad, algo a lo que también contribuye comer comida preparada en casa.

Este estudio ha sido liderado por Rachel Tumin, gerente analista de salud de la población en el Centro de Recursos del Gobierno de la Universidad de Ohio, y según explica, lo que no parece influir es qué tan a menudo se realizan esas comidas en familia: «parece que lo que haces durante esas comidas importa más». Y añade que «Esto pone de relieve la importancia de pensar críticamente sobre lo que está sucediendo durante esas comidas, y si puede haber oportunidades para apagar la TV o preparar con más frecuencia nuestros propios alimentos».

El estudio en sí mismo hizo uso de datos de casi 13 mil residentes en Ohio que participaron en una encuesta realizada en 2012 y que afirmaron haber almorzado en familia al menos una vez durante la semana anterior. De ellos, un tercio eran obsesos.

Más de la mitad de los encuestados comían en familia la mayoría de los días, el 35% algunos días y el 13% unos pocos días a la semana. Un tercio de los participantes del estudio vieron televisión o vídeos la mayoría del tiempo durante estas comidas y otro tercio dijo que la televisión nunca estaba encendida en esos momentos.

Según los resultados del análisis de los datos, los adultos que dijeron que nunca ven televisión o vídeos durante las comidas familiares eran mucho menos propensos a ser obesos que los que siempre veían algo. Además, los encuestados cuyas comidas familiares eran todas preparadas en casa también eran menos propensos a ser obesos que aquellos que comían sólo algunas o ninguna comida casera.

Tumin sugirió en un comunicado de prensa que, aunque el hecho de comer juntos como familia no parece ser un factor a tener en cuenta de cara al riesgo de obesidad en adultos, puede proporcionar otros beneficios para los miembros de la familia, como mejorar la salud social y emocional. Y es que comer en familia es un momento que puede ser aprovechado para interactuar entre todos y compartir inquietudes y buenos momentos y no debemos desperdiciarlo.

Fuente: WebMD