Parece que contagiarse de gripe es más fácil de lo que se creía. Típicamente se pensaba que las personas contraen gripe al exponerse a las bacterias de la tos, a través del estornudo de una persona infectada o por medio de superficies contaminadas. Resulta, según un estudio publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, que podríamos contagiarnos de gripe a través de la respiración.
Para el estudio, los investigadores analizaron el aire alrededor del aliento exhalado de 142 personas con gripe. Así se observó que el aire alrededor del virus infeccioso es lo suficientemente contagioso, sin la necesidad de tos o un estornudo. Esto se debe a que las personas con gripe generan pequeñas gotas que permanecen suspendidas en el aire conocidas como aerosoles infecciosos que mantienen su capacidad. Por esto las personas enfermas de gripe deben mantenerse en casa en lugar de quedarse en el trabajo e infectar a otros.
De hecho, cerca del 50% de las muestras aéreas capturadas de los pacientes que estaban respirando contenían virus de la gripe detectables. La cifra no variaba mucho en el conteo cuando los pacientes estornudaban.
Esto no quiere decir que tomar precauciones como mantener superficies limpias, lavarse las manos con regularidad y evitar los estornudos o tos de personas contagiadas no sean medidas efectivas. Lamentablemente, si el contagio es tan sencillo como respirar cerca de una persona contagiada entonces las medidas más efectivas serán quedarse en casa y evitar espacios públicos.
Se considera que esta investigación podría ayudar a mejorar el algoritmo del riesgo de transmisión y así mejorar las medidas de prevención en las políticas de salud pública. Por ejemplo, se puede realizar mejoras de los sistemas de ventilación en lugares como oficinas, aulas escolares o medios de transporte público.
De ser así, las fuertes temporadas de gripe podrían disminuir su impacto, al igual que el número de afectados en el hospital. Este año, una cepa muy fuerte afectó varios países con una gripe particularmente violenta que se alargó por los períodos prolongados de clima muy frío.
Esta investigación continuará y podría ser un punto de partido para varios cambios en cómo tratamos con esta enfermedad.
