Cuenta la leyenda que Napoleón Bonaparte sufrió de fuertes dolores de hemorroides durante la batalla de Waterloo. Dolores tan fuertes que afectaron su capacidad de liderar y que finalmente le costaron la victoria. No sabemos el origen de este cuento urbano, pero sí sabemos que las hemorroides son muy comunes entre hombres y mujeres, tanto así que se estima que el 50% de las personas mayores a 50 años lo padecen.

Se conoce como hemorroides a las venas hinchadas alrededor del ano o en la parte inferior del recto. Existen dos variedades, según donde se encuentren. La interna ocurre en el recto inferior y muy rara vez ocasiona dolor, pero si ocasionan un sangrado rojo brillante y en algunos casos picazón. La externa se desarrolla en la piel alrededor del ano y podría ser extremadamente dolorosa en las actividades del día a día, en especial si se desarrolla un coágulo de sangre en el saco de las hemorroides.

Esta molesta condición puede ocurrir por varios motivos. El primer factor es la edad, lamentablemente mientras envejecemos los tejidos conectivos se debilitan y toman otras formas, lo que en este caso podría hacer caer a una parte de la pared anal. También puede ocurrir en edades más temprano debido a las relaciones sexuales, por condiciones familiares o por enfermedades como la colitis ulcerosas, Crohn o enfermedades inflamatorias intestinales.

Antes de que te preocupes demasiado, te contamos que las hemorroides raramente son peligrosas, solo muy molestas. Si la pérdida de sangre llegaría a ser muy significante, existe el riesgo de sufrir de anemia. Otro caso podría ser que las hemorroides internas colapsen conduciendo a largo plazo a infecciones y en casos extremos, y muy raros, gangrena. El verdadero peligro es tachar rápidamente a esta condición como hemorroides y no atenderse con un especialista para descartar una enfermedad más grave como cáncer colorrectal.

En la mayoría de los casos, las hemorroides, tanto internas como externas, pueden ser manejadas en casa con la ayuda de ablandadores de heces, hidratación y suplementos de fibra adicionales pueden ayudar con el estreñimiento. De todas maneras, es importante visitar a tu doctor para recibir el diagnóstico y tratamiento correcto.

Estos consejos también te servirán si quieres prevenir las hemorroides. Mantente hidratado, toma muchísima agua y lleve una dieta rica fibra dietética, así mantendrás a tu tracto digestivo moviéndose suavemente. Si eres nuevo con la fibra, es necesario introducirla lentamente para evitar el exceso de gas y brindar a tu cuerpo la oportunidad de adaptarse. Empieza ahora, tu cuerpo te lo agradecerá en algunos años.