Una persona promedio pasa 24 años de su vida durmiendo, pero no es tiempo perdido. Mientras dormimos, nuestro cuerpo y cerebro se están reparando del día, almacenando la información importante y preparándonos para poder funcionar eficaz y productivamente al día siguiente. Estas son algunas cosas que suceden mientras duermes.

Primero, nuestro reloj biológico está programado para dos períodos de somnolencia durante el día. Uno alrededor de las 10 de la noche y otro, probablemente no sea ninguna sorpresa, después del almuerzo. Además se recomienda que un adulto tenga entre 7 y 9 horas de sueño por noche, esta cifra disminuye normalmente entre las personas mayores pero es mayor en los niños, sobre todo de edad preescolar.

También es importante saber que existen ciclos de sueño que son diferentes entre sí. Cabe recalcar que nuestro cerebro está más activo es en el ciclo REM (movimiento rápido de los ojos). Es en este punto del suelo que nuestro cerebro saca la basura, es decir elimina información que no necesita y acumula nuevos recuerdos al filtrar la información que recibimos durante el día.

De hecho, este almacenamiento de información puede ser uno de los motivos por los que soñamos por las noches, aunque los motivos no son todavía claros. Otro dato curioso es que, contrario a la creencia popular, solo pasamos alrededor de dos horas soñando cada noche. Es decir, el 20% de una noche en lugar del 100%.

Un dato curioso es que la mayoría de pesadillas se dan debido a altos niveles de estrés y ansiedad. Si tienes constantemente malos sueños, evita pensar en el trabajo antes de dormir, apaga tu celular y busca una manera de relajarte antes de ir a la cama. Meditar un rato, por ejemplo.

Otra cosa que sucede es que tu cuerpo y todos tus órganos se relajan, así que esa sensación de “no dar más” es pura realidad. Durante el sueño se producen menos respiraciones por minuto y nuestro corazón late más despacio, también los intestinos se tranquilizan y en general hay más descanso y menos adrenalina. También reduce nuestra temperatura corporal, es por eso que necesitamos una cobija.

Durante la noche nuestro cuerpo también se encarga de producir la hormona de crecimiento, que si bien ya no sirve para hacernos más altos, ayuda en la reconstrucción de células y tejidos. En este punto del día también se regula nuestro apetito, de modo que amanecemos con el estómago vacío y las ganas de un rico desayuno.

Ahora ya lo sabes. Es importante que todas las noches tengas suficiente descanso, pues el sueño crónico tiene efectos similares a los de la intoxicación por alcohol, incluyendo vista borrosa y mala memoria.